Tratamiento para las infecciones genitales

Las infecciones genitales son más frecuentes de lo que imaginamos, sobre todo en las mujeres, y puede originarse por diferentes causas como por ejemplo el uso de cosméticos para la higiene con un ph no adecuado para las zonas íntimas, llevar ropa interior con un tejido sintético o por mantener esa zona mojada después de un baño o relaciones sexuales,  ya que un medio húmedo es adecuado para el cultivo o proliferación de algunas bacterias u hongos, cómo el cándida, que es un hongo que tenemos en nuestro cuerpo en pequeñas cantidades y de esta forma no es perjudicial, pero si se desarrolla de forma excesiva ocasiona las molestias que la mayoría de las mujeres hemos experimentado alguna vez como picor, escozor o flujo blanquecino y espeso, que por cierto se contagia vía transmisión sexual a los hombres y se manifiesta en forma de un sarpullido con picor en el glande y el prepucio.

Para estas molestias lo mejor es recurrir a un especialista para que nos recomiende la opción más apropiada a nuestra infección concreta, pero si quieres recurrir a un remedio natural para sanarlo te dejamos una receta que personalmente la hemos probado y es efectiva al 100%. Apunta:

Mezclar 20 gotas de aceite de avellanas con 1 gota de aceite esencial de canela.

Otros aceites esenciales también válidos para este fin son: aceite esencial de clavo, árbol de té, romero, orégano, albahaca, o abedul. Pero el más efectivo es el de canela ya que es el mayor agente natural anti-infeccioso que se conoce.

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Formas de aplicación: masajear la zona íntima con esta mezcla de aceites o añadir al agua del baño 3 o 4 gotas del aceite esencial mezclado con otro aceite vegetal deseado.

El aceite de avellana es el más adecuado para las zonas íntimas ya que es completamente inocuo e incluso se recomienda en casos de frigidez, ya que hace que la penetración se produzca más fácilmente y las relaciones sean más placenteras.

Otro aceite vegetal válido para las zonas íntimas es el de germen de trigo.

Advertencia: no es recomendable el uso de aceites esenciales en embarazas, niños o durante la lactancia.