Estamos tan habituados a entender la vida tal como es que ni siquiera nos preguntamos el por qué de las cosas. La explicación de cómo limpia el jabón es tan interesante que merece la pena mencionarla y además está íntimamente relacionada con todo lo que estamos viendo sobre la estructura y composición molecular del jabón. Atentos:
Hemos visto en el capítulo de la saponificación que el jabón es un producto consecuente de una reacción química entre un lípido (aceite o grasa) y un elemento alcalino (sosa o potasa). Ambos compuestos se separan para formar dos nuevos (jabón y glicerina). El jabón, que es el que nos ocupa ahora, es por tanto una molécula que contiene en su estructura ambos elementos.
En uno de sus extremos tiene el elemento alcalino con carga negativa, Na (sosa) o K (potasa), que es un compuesto soluble en agua, y en el otro extremo se sitúan los ácidos grasos, que son insolubles. Por eso cuando introducimos un poco de jabón en un recipiente con agua, éste flota, porque el extremo de ácidos grasos de la molécula de jabón busca la superficie para evitar el contacto con el agua.
El aceite con el agua se repelen debido a la incompatibilidad de sus cargas. El agua es bipolar, y esto quiere decir que tiene un extremo positivo (el hidrógeno) y otro negativo (el oxígeno). El aceite, por contra, tiene una carga uniforme y esto la hace incompatible con ella. Por lo tanto para que ambos elementos puedan interactuar necesitarán de una sustancia que tenga puntos en común con los dos, esta sustancia es el jabón.
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¿Qué ocurre cuando hay una mancha?
La suciedad (ya sea de nuestra piel o de un tejido) normalmente está cubierta por una película aceitosa. Al poner en contacto la suciedad con el agua y el jabón, éste actúa de la siguiente manera:
El extremo graso de la molécula del jabón busca unirse a su similar (la suciedad) y el otro extremo alcalino trata de interactuar con el agua. Como hay más agua que aceite, la molécula de agua arrastra a las moléculas que se han adherido a esta suciedad (y la han desprendido del tejido o nuestra piel) llevándoselo todo por el desagüe. No es magia, es ciencia. Interesante, ¿verdad?