Estos jabones los hemos hecho pensando en los niños, que tienen la piel muy sensible y para su cuidado lo mejor es un jabón de castilla simple o como mucho con lavanda, pero es lo único que se recomienda añadir al jabón en caso de querer perfumarlo.
Para esta cantidad he añadido un poco de aceite esencial de lavanda, que ayudará a repeler a los mosquitos (ahora que empiezan a atacar) y para darle color y textura un poco de lavandín, que es la flor de lavanda reducida a polvo. Hemos hecho además la técnica del marmolado para que se mezclen los colores de manera desigual y la parte superior la hemos dejado con puntas para darle aspecto más rústico.
Han quedado unos jabones chulísimos, con un perfume que calma y además tienen acción antiséptica gracias al aceite esencial de lavanda. Perfectos para toda la familia.
¿Qué necesitamos?
- 900 g de aceite de orujo (1 litro).
- 112 g de sosa.
- 313 g de agua destilada u osmotizada (es un 10% más de lo necesario pero facilitará hacer el marmolado).
- 20 gotas de aceite esencial de lavanda.
- 10 g de sal.
- 2 cucharadas de lavandín.
¿Cómo se hace?
- Como siempre, antes de empezar tomamos todas las medidas de seguridad (guantes, gafas y mascarilla).
- Preparamos la lejía con parte de cubitos de hielo y parte de agua hasta completar los 313 g de agua. Separamos de esos 313 g de agua un poco y le añadimos la sal. La calentamos en el microondas para que se disuelva (removiéndola).
- Cuando la sal se haya disuelto se la añadimos al resto de agua.
- Agregamos la sosa encima del agua y removemos hasta que se disuelva. Como el agua está muy fría la temperatura no llegará a más de unos 45 grados.
- De los 900 g de aceite tomamos dos cucharadas y las separamos en otro recipiente para diluir el lavandín.
- Calentamos un poco el aceite al baño maría hasta que tenga la misma temperatura justa que el agua y a continuación vertemos ese agua con sosa encima del aceite y removemos un poco con una espátula. Cuando hayamos removido metemos la batidora en el fondo del recipiente y la accionamos sin levantarla.
- En cuanto la textura del líquido sea espesa como una mayonesa ya podemos sacar la batidora y agregar el aceite esencial. Removemos un poco con la espátula nuevamente para esparcir bien.
- Separamos la mitad del jabón en otro recipiente.
- En uno de esos dos recipientes agregamos el lavandín diluido y removemos hasta homogeneizar el color.
- Ahora ya depende de como quieras hacer el dibujo. Nosotras hemos colocado un separador con una lámina de plástico rígido y hemos vertido la mitad en un sitio y la otra mitad en el otro (bueno no han sido exactamente mitad y mitad como se puede ver en la foto).
- Cuando acabamos con los dos líquidos quitamos el separador y con un palito de pinchitos hemos hecho un zig-zag, primero en forma de S y después arriba y abajo en líneas rectas. Es una forma de hacerlo, pero la imaginación aquí no tiene fin, puedes sacar tu vena más creativa.
- En cuanto hayamos acabado lo tapamos, abrigamos bien y dejamos reposar 24 horas para que termine el proceso de gelificación.
- Después de las 24 horas desmoldamos y el resultado ha quedado así, parece una tarta que te entran ganas de comer. Ahora la barra ya está lista para cortar y dejar madurar 40 días antes de poderlos utilizar.