Para elaborar estos jabones hemos utilizado la técnica de refundido, que es la más segura para garantizar la eficacia de los aceites vegetales y esenciales. El aroma se queda también más impregnado y las podemos usar al día siguiente. Así que perfecto.
Los jabones que hemos fundido son elaborados por nosotras con base de aceite de oliva (conocidos como «jabones de castilla») y sin sobre engrasado, para luego poderle añadir los aditivos que queramos. Es un aceite con numerosas cualidades universalmente conocidas, que origina además jabones con mucha consistencia y una burbuja aceptable.
Los aceites esenciales y vegetales que añadamos no se verán afectados por el agresivo proceso de la saponificación y como consecuencia resultan unos jabones más delicados y más efectivos. Por todo esto es nuestra técnica favorita.
¿Cómo se hacen?
- Picamos finamente el jabón, cuanto más fino menos tiempo tardará en fundirse.
- Ponemos a calentar el jabón al baño maría y le añadimos un poco de agua destilada u osmotizada. La proporción es por cada 300 g de jabón unos 50 g de agua (cómo máximo). También puede usarse agua infusionada con alguna hierba o té para añadir más propiedades.
- Tapamos el recipiente y lo dejamos calentar durante unos 30 minutos aproximadamente o una hora, hasta que la textura sea cremosa. Removemos de vez en cuando.
- Cuando esté fundido el jabón lo retiramos del fuego y lo dejamos enfriar.
- Cuando esté templado le añadimos los aceites vegetales y esenciales que queramos. Nosotras hemos usado aceite de caléndula, coco y aceite esencial de árbol de té. Removemos para integrar.
- Por último lo vertemos en el molde. Cuanto más grande sea mejor, porque la textura de un jabón refundido no es tan fina como los de hecho por saponificación en frío y si los ponemos en moldes pequeños nos quedarán figuras irregulares.
Le hemos añadido aceite esencial del árbol de té, que es el más apropiado para las pieles mixtas y grasas ya que tiene infinidad de propiedades terapéuticas como anti-infeccioso, anti-inflamatorio, antifúngico, antiparásitos, antiséptico, antiviral, bactericida, ect.
El aceite de caléndula es ahora ideal porque nos calmará la piel por sobre-exposición al sol y nos refuerza las defensas de la epidermis, aportándonos además suavidad y una agradable sensación de calma en la piel.
Hemos añadido también avena porque, a parte de ser un exfoliante perfecto, le da una textura al jabón tan cremosa y apetecible que te dan ganas de comértelo.
Al final han resultado unos jabones muy cremosos, con una buena espuma y perfectos para el cuidado de la pieles mixtas-grasas y castigadas por el sol.
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Alicia
Buenas, tengo una nena con 9 años con muchísimos problemas en el cuero cabelludo, ya hemos probado absolutamente todo lo que hay en farmacia y nada, tiene unos eccemas tremendos y me gustaría saber si a esta composición podría añadirle aloe-vera y de ser así en que proporción y si a lo mejor añadiendo la avena en harina sería mejor o usándola en el agua del jabón de Castilla?, no se tengo que dar con algo para calmarle ese cuero cabelludo y esa descamación tremenda que tiene.
Mil gracias por el trabajo que hacéis, es un placer haberos encontrado
comohacerjabones.com
Hola Alicia, los jabones artesanos no son recomendables para el cuero cabelludo, tienen un pH alto (entre 7 y 9) y son más adecuados los champús sólidos hechos con tensioactivos naturales. Ahora mismo tenemos regalamos la guía de champús sólidos con la compra del ebook, el que le vendría bien a tu hija sería el de avena. ¡Un abrazo!
Marcela
Hola Jessica um comentario loco.. osea que es mejor hacer siempre el jabon castilla y despues hacer el refundido?? y asi poder echarle lo que uno quiera, para que no pierdan o se quemen las propiedades de los productos que echo.. ya sea en la traza o en la lejía.
Jessica Ramos
Hola Marcela, si tu idea es después venderlos y personalizar cada uno si, pero si no es mejor no hacerlo porque los jabones refundidos son más blandos y menos compactos, aunque el color se mantiene y el perfume dura más, es cuestión de gustos…