Las propiedades cosméticas de la leche son bien conocidas desde antaño y aprovechadas por celebridades tales como Cleopatra o Popea y sus famosos baños en leche de burra. Por eso es un producto utilizado en numerosos cosméticos y los dota de las siguientes cualidades:
Gracias a su contenido en ácido láctico aporta hidratación a la piel, la regenera y produce un efecto exfoliante sobre las capas que están más deterioradas, resultando un cutis más firme, terso y uniforme. Este ácido láctico proporciona además al jabón de más firmeza, cremosidad y facilidad para desmoldar. Detallamos todos estos detalles en el artículo «truquito para desmoldar fácilmente el jabón de los moldes de plástico«.
Debido también a su aporte de antioxidantes y nutrientes (proteínas, calcio, vitaminas A, E y B, etc.) ayuda a mantener la piel más lisa, suave y de aspecto joven, por más tiempo. El calcio que contiene produce también un efecto calmante.
De todas las leches que existen en el mercado (vaca, cabra, burra, oveja, etc.) las más cotizadas son las de cabra y burra y por este motivo están incluidas en numerosos cosméticos actualmente, sobre todo en cremas y mascarillas. Agregadas al jabón pierden bastante sus cualidades pero aún así le aporta una mayor hidratación, cremosidad y nutrición.
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Dosis y recomendaciones de uso:
La leche se puede agregar al jabón de dos formas diferentes:
En el líquido de la lejía, usándola al 100% en vez del agua o sustituyendo parte del agua por contenido en leche. Lo más recomendable en este último caso es disolver la sosa en en el agua y cuando haya descendido la temperatura a 50ºC o menos añadir la leche (a la misma temperatura), ya que de esta forma no se verán tan alteradas las propiedades de la misma. Si por el contrario usamos el 100% de leche, el pH tan alcalino hace que las proteínas que contiene precipiten y se corte, haciendo que el color final del jabón varíe a un tono marrón claro, pero las propiedades de la leche permanecerían intactas, sólo variaría el color. De todas formas, nosotras preferimos la segunda opción y utilizamos además cubitos de hielo, para reducir el tiempo de descenso de temperatura (una vez disueltos se queda en unos 35ºC).
En polvo y en la traza, que es la opción más respetuosa con las cualidades que aporta la leche, porque el pH es más bajo en este momento y al hacerlo de esta manera también podemos agregar leche en una concentración mayor. Se puede añadir directamente en polvo o diluida en un poquito de agua. Dosis: un máximo de 50 g por kilo de jabón. Más cantidad podría afectar a la textura final.
Puedes ver dos recetas con el uso de la leche en los siguientes enlaces: jabón de leche de cabra y jabón de chocolate con leche.
Ana Corrales
gracias por todas estas recomendaciones me parecen excelentes, espero con ansias mas información!!
comohacerjabones.com
gracias por tu comentario Ana!! estamos en contacto para lo que sea. Un abrazo!