El aceite de cáñamo, extraído de las semillas de la planta Cannabis sativa, es el aceite vegetal más rico en ácidos grasos esenciales y de todos los que existen el que más cuida la piel, ya que también tiene un contenido altísimo en vitaminas (sobre todo la E), proteínas y sales minerales. Es el aceite perfecto para enriquecer cosméticos o jabones y apto además para todo tipo de pieles.
Como las propiedades físicas del jabón al saponificar no son ideales en los índices de dureza y burbujas, se recomienda usar en un porcentaje menor o igual al 20% del total de las grasas (también por su alto índice de yodo) y mezclado con otros que equilibren esas deficiencias.
Propiedades físicas al saponificar:
- Dureza: 21.
- Burbujas: 40.
- Persistencia: 55.
- Limpieza: 22.
- Acondicionado: 109.
- Yodo: 165.
- INS: 28.
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Propiedades cosméticas:
- Nutre intensamente y mantiene la piel sana, gracias a su alto porcentaje en ácidos grasos insaturados: linoleico (57), linolénico (21) y oleico (12).
- Es siempre un aceite BIO, libre pesticidas y herbicidas, ya que la planta se seca al añadirle estos compuestos.
- Perfecto para todo tipo de pieles:
- Secas, muy secas o descamadas, ya que las hidrata en profundidad.
- Pieles mixtas o grasas, ya que es el aceite más ligero que existe, de rápida absorción y no deja film grasiento.
- Pieles atópicas, alérgicas o sensibles: calma las irritaciones, rojeces, picores y con problemas (eczemas, psoriasis, dermatitis, etc.).
- Pieles maduras: es antiarrugas, las rejuvenece, tonifica, regenera (gracias a su poder antioxidante), ilumina y revitaliza intensamente.
- Tiene un alto poder de penetración en la piel, ya que su composición es muy similar a los lípidos de la piel, y por este motivo es muy utilizado como aceite de masajes para tratar zonas concretas, ya que sirve de vehículo de los aceites esenciales.
- Aplicado en el cuero cabelludo es efectivo contra la caída del cabello, ya que nutre la fibra capilar aportándole fuerza, volumen, elasticidad, suavidad y un brillo excepcional, además calma las irritaciones y el picor del cuero cabelludo. Por todo esto es muy frecuente encontrarlo como ingrediente en champús, mascarillas, acondicionadores, lociones y sérums.
- También lo podemos encontrar en otros cosméticos como bálsamos labiales, jabones, geles y aftershave.